(El
siguiente relato fue escrito y editado entre marzo y junio de 2011 -
No posee modificaciones desde entonces)
El Belgrano que nos abandonó
(Tren"El
Internacional" proveniente de La Paz, ingresando a Tucumán Mitre
a principios de los '90. Desde allí combinaría con el "Estrella
del Norte" para completar la conexión de La Paz con Retiro -
Foto: Milan S. Dimitri)
Cuando el 10 de
marzo de 1993 dejaron de correr los trenes de pasajeros de
Ferrocarriles Argentinos, algunas provincias se hicieron cargo
de sus líneas, naciendo de esta forma "SEFEPA", la "UEPFP" o "El Tucumano" de Palito, por nombrar algunos.
Estos servicios -con todos sus defectos y sus posteriores
modificaciones, mejoras y empeoramientos- nos permitieron
revivir lo que era un viaje de larga distancia, en especial a
los que nacimos en los años '80 y vimos la muerte de FA de
pequeños. Incluso, diez años más tarde, hasta el Urquiza (con
TEA) permitió rememorar la experiencia de viajar largas horas en
la trocha media.
Pero el único
ferrocarril que no volvió a tener un tren general fue
el Belgrano. O sea, la trocha métrica en si. Claro, se creó SEFECHA en Chaco, que fue un verdadero milagro, pero siempre
reducido a un coche motor de carácter regional llegando a los
limites provinciales. Además, utilizando coches
españoles de segunda mano. Quizá lo más parecido a un tren de FA
de la métrica fue el Tren de las Sierras en Córdoba o
el Tren a las Nubes, pero este último extremadamente trillado y
turístico. Curiosamente formaciones Materfer azules y blancas
desfilaron radiantes por la flamante TMB, pero en un recorrido
corto y fuera de su contexto original.
La imposibilidad
de experimentar este viaje por el Belgrano me hizo pensar que
recorrer la red andina de Bolivia con coches Materfer sería una
buena forma de revivir esas épocas de gloria en donde Retiro
despachaba servicios como El Norteño, El Chaqueño o El Litoral.
Además, siempre vi a la red boliviana como una extensión natural de
nuestro Belgrano, dadas las conexiones existentes y la similitud
del material rodante.
Así fue que decidí darme
una vuelta por las tierras de la EVO-lución. Sabía que mi amiga
Andrea (charanguista de
Apakus)
estaba con ganas de conocer el país. Dimos algunas vueltas y se
presentaron indecisiones, pero finalmente pusimos fecha: febrero de
2011. ¡Y allí fuimos!
Con una
oferta interesante de Aerosur (¡casi igual al costo de ir en micro!) partimos de Ezeiza rumbo a la ciudad de
Cochabamba. Elegí esa ciudad estratégicamente, en base a los
trenes que pensaba tomar.
>>> RESEÑA DE TRENES DE PASAJEROS
EN BOLIVIA A FEBRERO DE 2011: La red boliviana es de trocha
métrica y está dividida
claramente en dos partes: red andina (mitad oeste) y red oriental (mitad este).
Ambas redes están incomunicadas entre si, y hasta 1993 hacían
intercambio de material rodante a través de Argentina, utilizando el Belgrano desde Pocitos o La
Quiaca. Hoy día, dado el abandono del ramal Jujuy-La Quiaca y la reciente caída
de un puente en la vía Tartagal, no existe conexión alguna con Bolivia de forma
directa.
--- La red oriental es administrada
por "Ferroviaria Oriental" (http://www.ferroviariaoriental.com/) y cuenta con servicios de pasajeros en
toda su extensión, salvo ramales cortos que se desprenden de la troncal. Desde
Yacuiba (limite con Argentina) a Santa Cruz de la Sierra hay un servicio
semanal compuesto por un tren mixto
(A). En cambio, de Santa Cruz a Pto. Quijarro
(limite con Brasil) hay servicios diarios y de varias clases, incluso algunas
bastante lujosas (B). Se utilizan en este caso trenes convencionales y coches
motores.
--- La red andina es administrada por
Empresa Ferroviaria Andina S.A. (http://www.fca.com.bo/) y cuenta con trenes de pasajeros entre Villazón (limite con Argentina) y Oruro (unos 230 km. antes de La Paz)
(C). Dos
veces a la semana corre el "Expreso del sur" y otras dos veces el "Wara Wara".
El primero es semi-rápido, y el segundo, para en todas. También opera un carga
con coche desde Uyuni a Est. Avaroa (limite con Chile)
(D) dos veces a la semana
combinando con el Wara Wara, y un
tren turístico desde El Alto hasta Guaqui -en el lago Titicaca- que corre el
segundo domingo de cada mes.
(E)
Pero lo más curioso de esta
empresa es la existencia de unos particulares vehículos llamados "Buscarril". A
diferencia del buscarril de Chile que es un coche motor en sí, estos de Bolivia
son verdaderos mini ómnibus adaptados a la trocha métrica mediante el agregado
de un bogie delantero y llantas metálicas junto al diferencial. Estos bichos
raros corren de Potosí a Sucre
(F) y de Aiquile a Cochabamba
(G). También a
la fecha estaba a punto de estrenarse uno desde Viacha a Charaña (limite con
Chile del famoso ramal Arica-La Paz).
(H)
(Adaptación del
mapa de Allen Morrison de la página dedicada a los
Tranvías de La Paz - Muy recomendable)
Otros tramos de la red andina
quedaron confinados solo al tráfico de cargas (como Oruro-El Alto o Río
Mulato-Potosí) y hace tiempo que fueron abandonados por el tren de pasajeros,
mientras que otros tantos directamente están abandonados o levantados (como
Sucre-Tarabuco o Cochabamba-Oruro).
En el mapa marqué con traza
punteada (en negro y gris) los tramos que no cuentan con servicios de pasajeros
para facilitar la comprensión. No tomar en cuenta este aspecto en los tramos que
escapan de la frontera.
No está de
más recordar que este relato pretende ser apenas una
anécdota de viaje (con algo de información útil
actualizada) y no un sitio dedicado a la historia
del ferrocarril en Bolivia. Al respecto, omitiré
deliberadamente fechas o información histórica de los
ramales utilizados, por falta de datos precisos.
El mito del buscarril
En el vuelo a
Cochabamba viajamos junto a una monja (que reside en Córdoba
pero tiene a sus padres en Bolivia) y lo primero que me dijo
-al comentarle mis objetivos del viaje- fue "no, no hay ningún buscarril en Cochabamba, hace años que no funciona".
A esa
frase la iba a escuchar reiteradas veces el resto del viaje.
Una inquietud me quedó sonando por varios días por la
rutina de no saber.
Semanas
atrás, estando en Buenos Aires, había enviado varios mails a FCA consultando por los buscarriles,
sin respuesta alguna. Pero me confié demasiado por su página
web, en donde no había ningún cartel ni nada que indique lo
contrario. Pero bueno, ya estaba en el baile, ¡a bailar!
Cuando
llegamos a Cochabamba, nos hicimos una escapada a la
estación. Su edificio -que me hizo acordar al de Avellaneda del
Provincial- se posiciona en pleno centro. Era increíble:
estábamos a metros de ella pero no podíamos identificar su
puerta de acceso ya que estaba invadida por una feria
furiosa. Esquivando puestos de ropas y comidas de todo tipo finalmente entramos.
Para mi decepción, no había nadie del ferrocarril. La vía se
veía apenas marcada y ningún
vehículo ferreo a la vista. Pero al consultar a una pareja
que estaba ahí obtuve una gran respuesta: "no, el tren no anda más, ia,
pero..... hay
un ferrobus que anda, el que va a la provincia"... ¡BINGO! Eso quería: el buscarril a Aiquile.
Con el dato
de que SI existía, abandonamos el edificio y nos arrimamos
a la terminal de ómnibus (o "flotas" como le llaman aquí) y
sacamos pasaje a Oruro para seguir nuestro periplo. Me llamó la atención lo bien
organizados que están los horarios e información al público,
ya que todas las empresas de ómnibus tienen un cartel
estándar donde deben indicar los horarios de salida con la
misma tipografía.
¡Plan de viaje aprobado!
Al plan de
viaje lo hicimos en plena marcha. Decidí pasar por Oruro a
comprar pasajes de tren (que bolu, ahora caigo que los
podría haber comprado en Cochabamba, pero de eso me
enteraría quince días después) pero para la semana siguiente.
Entonces delineé el recorrido de esta forma:
- Cochabamba - Copacabana
- Copacabana
- Oruro
-
Oruro - Uyuni (en tren)
(1-C)
- Uyuni -
Sucre
-
Sucre - Potosí (en buscarril)
(2-F)
- Potosí - Aiquile
-
Aiquile -
Cochabamba (en buscarril)
(3-G)
Teniendo en
cuenta posibles huelgas, derrumbes en caminos o
cualquier imprevisto, organicé los días teniendo siempre
margen suficiente para poder cumplir con el plan de la ´"vía
circuito boliviana". Visto el trayecto, había que rezarle a
"San Tren" para que todos los servicios de FCA efectúen sus
corridas programadas.
Las
siguientes fotos que datan de la primera semana del viaje no están ligadas al tema ferroviario
en si, pero me
pareció bueno incluirlas para darle más color a esta parte
del relato. Además corresponde a imágenes que
quiero compartir por su belleza o por alguna anécdota que
encierran, que contaré en otra oportunidad.
(Hermoso paisaje
que se puede apreciar desde la flota entre Cochabamba y Oruro)
(A lo lejos se
divisa la ruta por la que veníamos | Típica feria de
esta región, en este caso en el acceso a El Alto)
(Para llegar a
Copacabana es necesario un cruce obligado en lancha en el pueblo
de San Pedro de Tiquina)
(Bus en balsa
cruzando el Estrecho de Tiquina | Panorama de las
calles de Copacabana por la noche)
(Otra pasión:
¡los animales! Acá estamos conversando -sin obtener respuesta
alguna- con una paloma y un cachorro)
(¡Cuánta maldad
en esos ojitos! | En Copacabana nos encontramos con Wilo y Mer,
amigos músicos de C. Evita)
(Impresionante y
destacada figura. ¡También se aprecia el lago Titicaca detrás!
| Nuevo paisaje para mi mate viajero)
(Otra hermosa
vista del lago | Con Wilo -voz principal de
Sentido Rustico- y una increíble vista a la ciudad)
I s l a d e l S o l
(Isla del Sol a la
vista, sobre el Titicaca, el lago navegable más alto del mundo |
Lado sur de la isla, antes de amarrar)
(Escalera del
Inca | Vista que se obtiene a poco de ascender a la
Isla. Uno de los puntos más fascinantes de Bolivia)
(Isla
de la Luna -también llamada isla Koati- que se encuentra frente a Isla del Sol)
(La diversidad de
colores que ofrece el paisaje es algo increíble |
Árbol solitario en una península perdida en el lago)
(Tomando unos
argentinos mates, nos despedimos de Isla del Sol |
Atardecer en Copacabana)
Paso por La Paz
Después de una semana en
Copacabana e Isla del Sol, enfilamos con rumbo sud-este, en busca de La Paz,
aunque en términos de tranquilidad y relax no se pueda interpretar como una
metáfora.
Para combinar con un micro con destino a Oruro preferimos llegar a la misma
terminal paceña y no bajar en El Alto ya que el clima y organización de ascenso
y descenso de transporte carretero es caótico en ese lugar, y ya lo habíamos
padecido a la ida yendo a Copacabana. El Alto es una suerte de Liniers en
potencia.
¡Qué ingenuo! Una semana atrás,
pensé que habíamos llegado a la paz al atravesar una pequeña colina viniendo
desde Oruro por la ruta fundamental 1 y ver de golpe un extenso núcleo urbano hacia el norte. Se trataba
de los suburbios de El Alto simplemente. Pero como siempre me habían hablado tanto del impactante
ingreso a La Paz, por su altura, pensé que estábamos ingresando allí. ¡Na' que
ver!
Circulando por congestionadas
avenidas plagadas de "trufis" (combis), de pronto apareció a nuestra derecha la
imagen impactante de LA PAZ. ¡Ahora si comprendía tantos comentarios! Realmente
es impresionante la forma en que se accede a esta ciudad, desde tanta altura.
¿Como haría el tren para bajar hasta allí? Hacía tiempo venía recordando una
anécdota de mi amigo Ale Escriña en donde comentaba su viaje de Retiro a La Paz
con el Belgrano y su fascinación por este descenso a la estación central. Eso alimentó mi
curiosidad al respecto...
(Dos imágenes de
la cotidianeidad de El Alto, en una de las paradas previas al
descenso a La Paz)
(Monumento a El Che en El Alto
montado en 2008 | Así se ve La Paz
desde unos 430 mts. de altura)
El bus
comenzó el descenso por una avenida (tipo autopista) que
posee en el medio de sus carriles un canal que recopila todo
tipo de desagües cloacales. Estuvimos un rato largo tomando
suaves curvas y bajando por una pendiente relativamente leve hasta
que nos desviamos estando muy cerca del centro.
A la derecha
divisé la silueta de un coche motor. Es el predio de la
estación central de la red de ENFE (Empresa Nacional de
Ferrocarriles del Estado) sin actividad desde 1995. Cerca de
allí está la terminal de ómnibus (donde llegamos
caminando) que era la terminal de la línea electrificada del FCG (Ferrocarril El Alto-Guaqui) suprimida un poco antes, en
1990. Hoy día en La Paz entera no hay rieles en uso. (Para
más info de esta zona recomiendo el excelente sitio
ELECTRIC TRANSPORT IN LATIN AMERICA de Allen Morrison)
Días más
tarde confirmaría un presagio lamentable: la razón por la
cual el descenso en bus fue tan suave y con curvas tan
generosas deviene de que parte de esa avenida está construida sobre
la ex traza ferroviaria. El coche
motor que vi quedó desconectado de su red y condenado a
permanecer humillado como simple "recuerdo" junto a decenas
de micros de larga distancia que usan ese predio como
estacionamiento y lavadero.
(Estación
ferroviaria La Paz | Plaza Murillo |
Transito en las calles paceñas)
Recorrí
varias horas el centro de la ciudad en busca de una memoria
para la cámara. Me había desbandado con las fotos y me di cuenta de mi poca autonomía. En un recoveco
de una peatonal bajo una copiosa lluvia encontré lo que buscaba a buen precio (todo,
en general, es muy económico) y volví a la terminal en busca
de Andrea que a su vez andaba intentando conseguir el tan
preciado cambio de pesos a bolivianos.
Como comenté
antes, la terminal
de ómnibus era la antigua estación de pasajeros de Challapampa
(tendido eléctrico de trocha métrica -FCG- que bajaba desde
El Alto). Justamente había notado que la estructura de la terminal era muy
vieja e imponente como para haber sido concebida como simple
parada de micros.
En un clima
en el que se palpitaba un gran paro de transporte público,
partimos rumbo a Oruro, lugar al que llegamos ese mismo día a
última hora y buscamos un hotel cerca de la terminal para
iniciar -por fin- mi primer viaje en tren por la angosta
boliviana, al día siguiente.
Tren Oruro-Uyuni
A media
mañana ya estaba ansioso por ir arrimando a la estación.
Como había varios bloqueos de calles por un paro de
transporte, posiblemente tendríamos que llegar caminando,
unas 15 cuadras más o menos desde el hotel, soportando un
clima extremadamente frío a 3.700 MSNM.
La traza de la
red andina atraviesa la ciudad de norte a sur con la
particularidad de tener un tramo en plena avenida 6 de
Agosto (por más de
un kilómetro) sin ningún tipo de separación del tráfico
vehicular (como si fuese el premetro sobre Avenida Lafuente). Este tramo se usa solo por trenes de carga entre
esta ciudad y El Alto, ya que el tren de pasajeros arranca
hacia el sur, en un sector que si bien pasa encajonado entre
dos calles, posee cordones de separación. En un paseo que
hice por el centro vi pasar un autovía de FCA en plena
avenida... ¡qué emoción! Me dieron ganar de correrla y
pedirle a su tripulación que me lleve "donde fuesen"...
Cerca de las
14:30 llegamos a la estación Oruro. A la vista se
hallaba estacionada la formación del Expreso del Sur
aguardando que todos se acomoden en ella para iniciar la travesía hacia el rumbo al que hace honor su
nombre: la frontera
argentina. La forma de despacho de equipaje, fisonomía de la
estación y logística en general me hizo acordar mucho a Tren
Patagónico, en especial por contar con una estación cabecera
forzada por temas operativos y adaptada al uso actual, otrora simple estación
intermedia.
(Enjambre de
cables que se puede apreciar en muchas esquinas |
Expreso el Sur listo para salir rumbo a Villazón)
Lo que más me
alegró de este momento fue ver esos coches Materfer con
bogis símil "Fiat 3" alistados para el viaje. Se aproximaba
mi humilde rememoración de los trenes generales del Belgrano,
a fuerza de imaginación. Allí estaba la formación prolija y
sencilla compuesta por una Hitachi (por lo que noté, único modelo de locomotora
que utiliza la red andina, con rodado B-B-B), varios coches Materfer de clase
ejecutiva y económica, un coche restaurante, un coche mixto
salón + furgón y un coche usina marca Fiat pero más viejito.
Como podrán
notar, estos coches mantienen intactas las características
de nuestros Materfer (en especial sus ventanas) con la
notoria diferencia de poseer las puertas de acceso y los
baños en el centro del coche.
El ambiente
estaba poblado de mochileros y especialmente
turistas extranjeros que en su mayoría se dirigen al salar
de Uyuni, mientras por otro lado muchos argentinos buscan la
frontera para regresar de sus vacaciones. Despachamos las
mochilas grandes y nos fuimos a nuestro coche, el tercero
después de la diesel. Precisamente al ver a muchos
argentinos, me preguntaba: ¿sabrán que esta misma línea es
la que pasa por Florida o Munro?
(Andén de Oruro
media hora antes de la partida del Expreso del Sur |
El bello bogie Fiat típico de estos coches)
(Vista del coche
de clase Ejecutiva. El hecho de tener TV y una vianda es
lo único que lo diferencia de la económica)
(Se ofrece el
transporte de autos en algunas de las corridas semanales - FOTO:
Web FCA)
(¡Estos coches me
resultan conocidos!, ¡y estos vagones también!. Pensar que a los
colorados los vi pasar por la CGBA)
Luego de un
rato de espera, una bocina similar a la de una vaporera
indicó el inicio del tan esperado viaje. Muy lentamente el
coche Materfer comenzó a moverse obediente a la fiel
diesel que hace décadas sirve estos ramales. Al emerger
de la playa de maniobras de Oruro y atravesar un paredón que
divide la zona privada de FCA, la traza se mete de lleno
entre dos calles (como en Empalme Lobos) y de esta forma el tren abandona la ciudad
a muy baja velocidad cruzando peligrosos pasos a nivel en
pleno casco urbano.
(¡Partiendo de
Oruro! Ver el contracarril embebido en el corazón | Gran inundación permanente al sur de la
ciudad)
A poco de
andar y dejando atrás los caseríos, pasamos por un
triángulo de una vía que termina en unas canteras de las afueras de
Oruro. Y apenas superamos los cambios de dicho empalme "levantamos vuelo"
mientras el motor de la Hitachi se hizo escuchar con un sonido
similar al de una Alco. Este tramo de vía está bueno, a
pesar de que comenzamos a transitar por un pedraplén rodeados de un gran
charco de agua.
Curiosamente
la disposición de asientos de estos coches Materfer
responde a sendos televisores ubicados junto al vestíbulo
de ingreso. Esto hizo que nuestro sector del coche mirase
hacia atrás obedeciendo una pantalla que se distinguiría
durante el viaje por sus videos de música internacional ochentona
(se
ve que pegó fuerte en este país). También hubo una publicidad
similar a la de un avión donde se
muestra el tren, aspectos de seguridad e imágenes exteriores
de la formación pasando por distintos paisajes. ¡Qué nivel!
El tren es
impecable, los baños muy buenos (de hecho creo que es el único
transporte con baños en Bolivia, los micros los tienen
clausurados). El menú de la cena muy variado y sin mezquindades
del tipo "solo tenemos 10 menú" como suele
ocurrir en nuestros servicios del Mitre.
A un promedio de velocidad
de aprox. 50 km/h fuimos avanzando sin novedad y sin hacer
detención en ninguna estación, aunque pasándolas a muy baja
velocidad dada la flojedad de sus cambios. Solo en Río
Mulato (empalme a Potosí) hicimos una parada de unos
segundos para bajar una encomienda interna de FCA. Algo que noté
al ir sumando estaciones es la inexistencia de señales de brazo. Según
me comentó un ferroviario, acá siempre se manejaron
con banderas. Hoy, complementado con radio y celular. No me
fije si hubo tendido telegráfico.
- A bordo del
Expreso del Sur, de Oruro a Uyuni:
(¿Viajando en
lancha? No, ¡en FCA! | Paisaje que se
aprecia un rato antes de pasar por Poopo)
Una hora
después de salir de Oruro, personal de la empresa nos sirvió un sándwich de
cortesía junto a una botellita de coca los cuales consumimos
al instante, con la satisfacción de viajar realmente muy
cómodos sobre la trocha métrica. Para mí, un mérito.
Constantemente me imaginaba un servicio similar aplicado en
nuestro país. Otro aspecto
a destacar es que al menos en la región andina ningún medio
de transporte cuenta con aire acondicionado. Es que el calor
nunca es tan sofocante al estar alejados de la zona tropical.
(Estación Poopo y
vagones siendo cargados | Media formación en
curva avanzando hacia el sur)
Al rato de
andar pasamos la primera estación a muy baja
velocidad. Había una zorra de cuadrilla en vía segunda y un
par de cerrados recibiendo carga en la playa, con
un furgón de cola verde.
En plena
marcha me hice una escapada al comedor Fiat y noté las
pequeñas dimensiones de éste y de todos los coches en
general, al parecer ligeramente más angostos y cortos que nuestros Materfer del Belgrano. El paisaje se mostraba árido y el
lento andar del tren hizo que se tornara un tanto monótono,
con fuertes golpes de eclisas (seguramente por el constante
tráfico de pesados cargas).
Para estar en
contexto pasaron la película "Imparable" la cual me pareció
un embole.
Por suerte el
volumen de la TV era muy bajo, muy sutil, no molestó. Después de la película
pasaron música pero en nuestro coche todos se habían
dormido, salvo unos japoneses que no pararon de sacar fotos,
¡igual que yo!.
(Una de las
características destacadas del clima regional: constantes nubes
de tormenta y lluvias copiosas todo el verano)
No pasó mucho
tiempo hasta que se hizo de noche, y como el frío impedía
abrir las ventanas, optamos por ir al comedor con la idea de morfar algo. Y pedimos un clásico de estos pagos: pollo con
arroz, acompañado con cebolla, huevo y
papas fritas. En
esta parte del viaje (aprox. 50 km. antes de Uyuni) la vía
se sentía muy mal y el comedor saltaba como loco, cosa que
llamaba la atención a los turistas extranjeros (¡no a
nosotros que hemos viajado por la vía Pringles!).
Resultaba extraño el traqueteo de estos coches, ya que
el centro del plato donde se apoya el bogie está metido
bien hacia adentro del coche, distancia que genera un
particular bache de sonido entre bogie y bogie. Como verán,
tuve tiempo de observar y escuchar demasiadas cosas jeje.
(Vista del
pequeño comedor y su placa de fabricación que data de 1980.
¡pensar que vino rodando desde Ferreyra!)
Al fondo de
la formación venía un coche similar a los españoles de
SEFEPA, no solo por cumplir funciones relegadas como usina
móvil, sino por el preocupante chillar de su suspensión ante
cada eclisa. Un fuerte "clashfjfjf clashfjfjf" indicaba el
paso de los ejes por las juntas.
Al margen de
estos detalles, resulta particular la operatoria de este
tren. Según me comentó el Ing. Albino (de Oruro), la empresa financia
la corrida del servicio de pasajeros con los ingresos que
obtienen de las cargas, no contando con subsidios estatales,
cosa que me parece lógico y es lo que habría que
exigir a muchos operadores argentinos, mientras el Estado
debería afrontar los costos de renovación de la
infraestructura.
(¡Arribados en
Uyuni! Aquí se produce una compleja descarga de equipajes al
estilo Aeropuerto | Coche usina Fiat)
Finalmente,
tras desfilar por una cerrada curva hacia la derecha,
ingresamos a la estación Uyuni en esta fría noche de
febrero, con total puntualidad. Me llamó la atención ver
como el camarero de nuestro coche pasó minutos antes a
repasar los pasamanos para que los pasajeros no se ensucien
al agarrarlos.
Todos encapuchados
por el frío iniciamos el descenso y nos
demoramos un rato en el andén esperando poder ingresar a la
sala de encomiendas a retirar el equipaje. Y
apenas
pusimos un pie en la calle una horda de vendedores de
paquetes al salar nos invadieron, pero preferimos no aceptar
ninguna y en cambio buscar alojamiento y ver ese tema a la
mañana siguiente.
El viaje
estuvo re bueno, pero mi sensación fue distante de lo
que esperaba en cuanto a rememorar un tren del Belgrano.
Quizá un aspecto haya sido crucial: todo el tren estaba
pulcro y con demasiados detalles de confort que hacen
difícil comparar lo que era un "chaqueño" o un "norteño".
Igual no dejé de destacar lo positivo de haber hecho un
tramo tan largo en la angosta, cosa imposible en Argentina
hoy por hoy. ¡Deseo cumplido!
Lo que queda
pendiente en mi agenda de viaje es completar el tramo hasta
Villazón (me dijeron que está muy bueno) y hacer el viaje en
el mixto de Yacuiba a Santa Cruz, del lado oriental, que
según vi ese si tiene más similitud a nuestro ex Belgrano,
ya que las condiciones del viaje son más precarias.
Salar de Uyuni
(Del trillado
cementerio de vaporeras local lo que más me interesó fue hallar
estos cruces de diamante abandonados)
(El acceso al
salar -que estaba inundado- se hace en un viaje increíble de
casi una hora sobre unos 20 cm. de agua)
(Regreso a tierra
firme, a paso de hombre | Varias hermosas tolvaneras
se pueden capturar en esta zona)
(Vista del coche
que corre con el mixto a Avaroa -frontera con Chile- dos veces a
la semana | Coche del Wara Wara)
(Otro detalle del
bogie. Nótese como está bien lejos del final del coche |
Una Hitachi a ordenes en Uyuni)
A la
nochecita, después de haber recorrido el salar, me acordé que el Expreso del Sur tenía que pasar
por Uyuni rumbo norte. Y me arrimé a la estación la cual
teníamos a apenas 50 metros de nuestro precario alojamiento. Cuando
ingresé había bastante gente esperando. Esta parada es un natural
renovador de pasajeros: muchos argentinos bajan aquí como
así también muchos extranjeros emprenden viaje al norte en
busca de La Paz, el lago Titicaca o Perú.
Me arrimé al
extremo sur del andén para filmar el ingreso del tren. En la playa
estaba la Hitachi 1012 acoplada al coche Materfer que había
visto esa misma tarde (correspondiente a la flota del tren
Wara Wara). En este caso iba a ser acoplado al tren
descendente por
demanda de pasajeros. La combinación con el carga con coche
a Avaroa se hace con el Wara Wara (otros días) por ende no
pude utilizarlo en este viaje.
Después de
varios bocinazos y previa autorización del banderillero/señalero en
la punta de la playa, la formación entró muy lentamente.
Cuando se detuvo, uno de los estribos de la mitad de un
coche quedó cerca de donde yo estaba parado. Me llamó la
atención ver un chico de pelo largo parecido al "cebolla" de
La Vela Puerca. Simplemente pensé por dentro "¡que parecido
que es!". De pronto vi mejor y él me vio con asombro y no lo
podía creer: ¡No era el cebollita pero era el gran Robert Rocco,
amigo de Marcos Paz!.
Al toque se
bajó y nos saludamos. Y nos hicimos las inevitables preguntas
mutuas sobre "qué hacíamos ahí". Resulta que él estaba
yendo al Machu Picchu, y yo le conté sobre mi travesía. Lo
más extraño fue que unas semanas antes habíamos estado en
contacto por un libro de la CGBA que se está editando en
Francia (en el cual hicimos unos aportes) pero a ninguno de
los dos se le ocurrió preguntar "¿te vas de vacaciones?"...