Con el más hermoso de los calores conocimos Presidencia
Roque Sáenz Peña.
La ciudad más importante del Oeste Chaqueño nos recibió, a
la hora de la siesta, después de haber recorrido unos
cuantos kilómetros desde Resistencia en micro.
Apenas pisamos tierra nos dirigimos hacia la estación del
Ferrocarril Gral. Belgrano. Recorriendo las calles
observamos una diferencia notable con Resistencia, la
suciedad y abandono eran muy evidentes. Qué lástima que una
ciudad tan importante no esté tan bien cuidada por sus
habitantes. Al llegar al depósito de locomotoras notamos que
el predio ferroviario estaba casi abandonado.
Un galpón de chapa de techo parabólico cubre las fosas y el
sector del pañol de herramientas. En el paredón, vimos dos
carteles publicitarios: uno decía "Tome soda Chispal" y al
lado decía "Talleres SEFECHA"... Cruzamos el portón de
entrada y, luego de esquivar un ciruja que estaba tirado en el
paso, nos instalamos allí dentro.
A primera vista vimos un par de coches MAN en distintos
estados de mantenimiento. Comenzamos a charlar con los
mecánicos que nos contaron la clásica historia de los
Ferrocarriles Argentinos: poca guita para repuestos, bajos
sueldos y dirigentes hijos de p..., en fin, nada nuevo bajo
el sol.
Además de esto apareció el principal dilema de los MAN: los
bogies. Como aquí no hay herramienta especializada ni
empleados, sumado el estado de las vías, hacen que estos
vehículos estén parados.
Sucede que con los saltos y los barquinazos que pegan
mientras trabajan, los trucks sufren un desgaste mayor al
esperado para su diseño de fabrica, y se fatigan más rápido,
con el consiguiente deterioro en su andar y paradas
interminables en taller.
Con este problema encontramos al M1 y M4 detenidos, hace ya
bastante tiempo sin sus bogies, los que están en
reparación. En suma, encontramos dentro del depósito, los
siguientes coches: M1, M3, M4 y M5 (bicabina).
El M3 y el M5 son los únicos coches motores en estado activo
y se van turnando en el corredor para no exigirlos mucho. El
M1 tiene su frente de cabina reconstruido después de
llevarse puesto -suponemos- un camión o vehículo de gran
porte. Lamentablemente, ya se lo tomó como fuente de
repuestos para los demás. El M4 solo espera que se le
reparen los bogies para salir a servicio.
Detrás de todo, digamos en el fondo, estaba la perla de este
viaje. Encontramos algo que nada que ver al lugar: ¡Un coche
comedor del Ferrocarril Provincial de Buenos Aires!
y en buen estado, pero desmantelado por dentro. Este coche
lleva la numeración C 904 y formaba parte del tren de
auxilio con base en Presidencia Roque Sáenz Peña.
Ahora sí: ¡En busca
de Chorotis!
Pues bien, a las 17.00 hs. partimos de la estación con el pequeño
coche motor lleno de
pasajeros. Enfilamos para Avia Terai, donde empalmaríamos con la vía Tostado.
Pasamos por Las Mascotas -solo es una parada- y Napenay, donde bajó algo de
gente.
(Parada en la estación Napenay, en la calurosa tarde chaqueña. Foto: Fede Pallés)
Cuando llegamos a Avia Terai sonó la alarma de motor caliente. Había sucedido lo
que no queríamos que pasara: rotura de manguera de refrigeración. ¡Encima no
teníamos ni una sola de repuesto!. La solución fue llamar al galpón para que
enviaran una de repuesto, en forma urgente, antes del anochecer. Todos los
pasajeros bajaron sin decir nada al respecto... Es más, seguían hablando de lo
que venían hablando a bordo, como si nada hubiese ocurrido.
Mientras esperábamos, comenzamos a recorrer la estación (base de cuadrillas) y
hasta pensamos en ir al triángulo, pero como no sabíamos en qué momento vendría
el repuesto, más los 40 y pico de grados de calor que hacían, nos convencieron
de quedarnos tranqui en el lugar.
(El cochecito parado en Avia Terai / Perdida de agua / Maria Beatriz Seu.
Videos: Fede Pallés)
Finalmente, después de una hora llegó la camioneta con el mecánico y el jefe de
galpón de Sáenz Peña. Luego de colocar la manguera y ver que todo estaba ok, nos
dieron vía libre hasta Campo Largo, cuidando las espaldas de un carguero del
Belgrano Cargas que se dirigía hacia el sur.
La mayoría del tiempo que se detuvo
el tren, la pasamos charlando con las personas que viajaban en él, por quienes
conocimos muchas historias y formas de vida, como la de Maria Beatriz Seu, que
desde hace muchos años dedica su tiempo libre a ayudar a las familias que viven
en los pequeños pueblos, ésos por los que pasaríamos con nuestro pequeño
cochemotorcito.
(Empalme vía Pinedo -IZQ- y vía Metán -DER- / Nos metemos en un
túnel vegetal...
Videos: Fede Pallés)
Continuando el viaje y después de una hora y media de demora, tomamos la punta
este del triangulo y observamos lo bastante usada que está la vía que se dirige
a Metán. Se notaba bastante pulida pero totalmente hecha pomada, al reflejo del
sol los rieles parecían un par de alambres doblados sobre la tierra.
A medida que nos acercábamos a la punta sur del triangulo se nos iba
aproximando, a nuestra derecha, la vía que también proviene de Metán (el enlace
para los trenes que van de Metán al sur). Esta vía es solo utilizada por los
cargas que traen cereal de la zona de Joaquín V. González y van para los Puertos
de Rosario y los vacíos que vuelven para el norte. En fin, esa vía nos empalma
en un cambio accionado a marmita.
La jornada continuó y a una buena velocidad que variaba entre 60 y 70 km/h, en medio
de túneles naturales. Avanzamos sin problemas, salvo por algunos cabeceos
"grosos".
Arribamos a Campo Largo, la primera estación del ramal, y de nuevo los problemas.
Debido a una pérdida en la cañería que alimenta el cilindro de apertura y cierre
de puertas, no se podía mantener frenado al coche ni tampoco detenerlo por
completo.
Otra vez la burra al trigo, seguíamos sumando demoras a nuestro viaje. La única
solución que le encontró el conductor fue anular la puerta y listo. Al parecer,
todo el coche tenía problemas con las puertas porque cada vez que arrancábamos
no se cerraban y había que "ayudarlas" con una pequeña patada y con sogas...
todo "a la Argentina".
(Cargando harina en Campo Largo / Parada en paso a nivel de ese mismo pueblo.
Videos: Fede Pallés)
Arreglado el asunto (a medias diríamos), avanzamos hacia las próximas estaciones
(Fortín Las Chuñas, Corzuela, Pozo del Indio, Las Breñas, Pampa del Cielo,
Charata), todas ellas equipadas con grandes playas y silos, excepto algunas que
quedan en el medio del campo. En Las Breñas se conserva una vaporera del CGBA
clase 200.
Es de no creer el movimiento de gente y vehículos que existe por esta zona y lo
grande y avanzadas que son estas ciudades a comparación del resto de la
provincia (y el ramal a La Sabana). Se nota que el grueso de la economía se hace
por aquí. Algo que nos llamó la atención es la fidelidad de los pobladores con
el tren, ya que llevábamos 2 horas de atraso y la gente en los andenes seguía
esperándolo.
En cada parada ayudábamos a descender o subir bicicletas, bultos y gente, de
paso nos ganábamos una mateada. Después estuvimos colgados del fuelle de
intercomunicación donde nos colgamos mirando hacia atrás, viendo como estaba la vía y la fumata
negra que dejaba el MAN. No es muy recomendable ir allí ya que con un
barquinazo te caes y podes decirle adiós al tren.
Antes de llegar a General Pinedo nuestro trencito se detuvo a realizar algunas
maniobras. Tomó un cambio, otro y otro más... Al costado izquierdo aparecieron
unos vagones radiados y ¡ohh sorpresa, empezamos a retroceder!. Como turco en
la neblina estábamos re perdidos hasta que le preguntamos al guarda y nos
respondió que estábamos en el triangulo de inversión para locomotoras.
(Calcomanía oficial de SEFECHA / Haciendo cambios en el triángulo de Pinedo.
Videos: Fede Pallés)
Sucede que el CCMM en que veníamos era la mitad de la formación original, la
otra estaba en depósito, y como a la vuelta se prefería, por seguridad y
comodidad, volver con la cabina principal hacia Presidencia, aquí es cuando se
comienza a utilizar la "cabina Auxiliar" del coche, solo en este último tramo del
viaje.
Cabina auxiliar es un decir, en realidad es una mesita con llaves y con el
controller para el diesel y el sistema del freno, algo muy precario, similar al
del Ferrostaal sin modificar con el que habíamos viajado desde La Sabana.
El comando auxiliar está ubicado en la parte "B" de la unidad, del lado derecho,
mirando hacia la cabina principal. Consta de una pequeña mesita y un banquito
para el conductor. La visión de la vía se hace por la puerta de
intercomunicación (cuando está abierta), o por la ventana de la misma (cuando
está cerrada).
Ya en el triángulo, que queda a un costado de la vía principal y del depósito de
locomotoras, hicimos las maniobras para dar vuelta el cochecito y con la "cabina
auxiliar" apuntando hacia el sur, avanzamos hasta la estación, pisoteando un
pastizal que nos hizo dudar sobre la frecuencia con la que usan este sector de
vías.
Al igual que las anteriores, Gral. Pinedo posee una gran playa de cargas
acompañada de silos y de un galpón de locomotoras ubicado fuera del predio,
cruzando la calle del lado norte. Aquí está el centro neurálgico de toda la zona
y es donde se arman los trenes a los diferentes destinos de carga y descarga.
Estación General
Pinedo
El estilo de la estación es neocolonial, y sería una versión grande de San
Cristóbal y Tostado, las cuales fueron reconstruidas por los Ferrocarriles del
Estado en la década del 40. Cuenta con un andén bastante largo y otro en isla un
poco más corto. Esta es la 2º estación Gral. Pinedo, ya que la 1º fue construida
a 3 km. al sur de ésta sobre la vía original a Barranqueras, pero esa es otra
historia.
Ya en el viaje, veníamos pensando en la idea no tan disparatada de colgarnos de
algún carga, para aprovechar y sacarnos las ganas de recorrer un poco más de
vía, antes de volver a la civilización burguesa. Ya habíamos dejado pasar una
oportunidad en Sáenz Peña con un cementero a Resistencia y esta vez nada nos
dejaría con las ganas.
Preguntamos en auxiliares del Belgrano y nos confirmaron que al día siguiente,
por la mañana, saldría un tren al sur (de cereal, obvio. El mismo al que le
veníamos pisando los talones). Con ese dato asegurado no lo pensamos más y
programamos el destino.
Al salir de aquí con el coche motor "dado vuelta", empalmamos con la vía
Tostado, ya que la traza está dispuesta para seguir su destino original, que es
Añatuya. Apenas dejamos el andén tomamos el cambio y comenzamos a rodar sobre la
vía a Chorotis.
De un momento a otro sentimos que el tren dejaba de mecerse y comenzaba a
aumentar la velocidad. En la oscuridad de la noche, miramos por el vidrio de la
cabina principal y... ¡la vía era renovada! Sí, de no creer. Con el atraso que
llevábamos, más el estado de la vía, sumado a lo liviano del coche motor, nuestro amigo
conductor aprovechó la volada y dio controller a fondo. Íbamos fácil a 70 km/h. y
el trencito sin inmutarse.
Recuerdo que entré al baño y no lo pude creer: totalmente limpio, ordenado y con
papel y jabón disponible... ¡Esto es un sueño!, ¡Estoy en el baño de un coche
motor sobre las vías del del Belgrano!
En cada estación o paraje subían y bajaban chicos, mujeres, hombres, ancianos.
Era difícil encontrar algún pasajero que hiciera el viaje completo, me parece
que solo los aventureros como nosotros lo hacen jejejeje.
Pasamos otros pueblos como Itín, Hermoso Campo y Venados Grandes. En esta
última, nos abastecimos de carne para la cena (el tren esperó al lado del
almacén... ¡insólito!) y al final llegamos a Chorotis con 2 horas de atraso.
Dejamos a los pasajeros en vía segunda y entramos al edificio de la estación
para morfar y dormir un rato... Los dos estábamos realmente molidos. (Pegado en
la pared, se encontraba un cuadro enorme con la figura de Angel Rosas, el
gobernador de la provincia).
No nos costó nada tirarnos en el catre y dormir hasta que sonó el despertador a
eso de las 4 de la mañana... ¡deseábamos que no sonara! Pues bien, arriba
a mojarnos un poco y ya listos para el regreso.
La vuelta pasó volando y nosotros tratando de juntar pilas para el viaje en el
carga. Cuando aparecimos en Gral. Pinedo estaba todo tal cual lo habíamos
dejado: varios cortes en la playa y el personal esperando el turno de salir a
trabajar.
Nos despedimos del conductor, el guarda y con promesas de volver a viajar por
SEFECHA. (Si alguno desea viajar y conocer a la gente del Chaco no se olviden
del cochemotorcito de Sáenz Peña, seguro no los decepcionará)
Ahora sí, empezamos a vivir ese momento de gran tensión, en donde uno tiene que
tramitar su "Belgrano Pass" para emprender viaje en el carguero... ¿Serán ésos
que están ahí los conductores? ¿vendrá el capataz y nos mandará a freír churros?
¿nos dejarán varados acá?. La travesía final estaba en su momento crucial...